
Cada día me convenzo más de que los japoneses son bizarros. Y para muestra la nueva iteración de la consola portátil de Nintendo que salió a la venta en Japón esta semana: la DSi LL. La DSi LL (¿neta? D-S-i—L-L) es en esencia una DSi con esteroides. La nueva versión incluye pantallas mucho más grandes, pero con sacrificios: es muy gorda y pesada. La consola es tan grande que casi casi parece una netbook –lo que contradice el concepto de consola ‘portátil’- y se aleja radicalmente de la tendencia de la miniaturización de los electrónicos de bolsillo (PSPgo, iPod nano, las cámaras digitales).

Además de sangrar las billeteras de los fanboys de la compañía, Nintendo presentó 2 argumentos para ‘justificar’ la introducción de la LL:
- El mercado de los jugadores de la 3era edad (que adoran cuidar a sus mascotas virtuales y resolver sudokus) les pedían pantallas más grandes para no forzar su vista cansada.
- Las nuevas pantallas de 4.2 pulgadas son tan grandes que ofrecen un nuevo sistema de juego: ¡los curiosos podrán ver lo que está pasando en las pantallas sin estorbar al jugador! Geeeeeeniaal.
OK. A lo mejor estoy siendo demasiado mamón con la DSi LL. Después de todo la DS Lite (130 dlls) y la DSi regular (170 dlls) seguirán a la venta y la LL está enfocada para un nicho específico de mercado al cual yo no pertenezco. Y las pantallas entre más grandes –ya sea en una TV o una computadora- es mejor, ¿no?… Pero no puedo dejar de criticar el enfoque tan huevón de Nintendo con este producto (y aclaro: yo amo a Nintendo).


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