Describir a un evento como “el fin de una era” suena a cliché. Pero el viernes pasado el mundo presenció uno de estos eventos. William Henry Gates III (mejor conocido como Bill Gates) abandonó indefinidamente la nómina de Microsoft (después de 33 años al frente) para dedicarse de tiempo completo a su nuevo proyecto (quizá el más ambicioso de la historia moderna): Salvar al Planeta Tierra.
Independientemente de qué sentimiento te genere escuchar su nombre, la realidad es que para bien o para mal, Bill Gates ha sido una de las personas más influyentes en los últimos cien años. Hace 10 años era más conocido por ser el hombre más rico del mundo (ahorita es el 3ero) y por las prácticas desleales que su compañía utilizaba para eliminar a la competencia (¿alguien recuerda Netscape?). Pero esta semana recién jubilado es admirado y reconocido por sus labores humanitarias y filantrópicas.
Si eres lector recurrente en fanatech no tengo que decírtelo: soy un amante apasionado de Apple y todos sus hijitos. Pero tampoco soy un idiota (sólo a veces) y reconozco que Microsoft es la compañía de tecnología más importante e influyente que existe. Sin Windows no tendríamos una computadora en cada casa. Sin Explorer muchos terrícolas no conocerían el Internet. Sin Office no tendría sentido venir a trabajar (fuck you Microsoft Office).
El Sr. Gates ahora quiere dedicar todos sus esfuerzos a la fundación de beneficencia Bill & Melinda Gates, que es la más grande del mundo (cuenta con 37,000 millones de dlls.) y tiene 3 objetivos centrales: Salud (nuevas vacunas y medicamentos más accesibles), Desarrollo Mundial (ataque a la pobreza) y Educación (principalmente en EU). Y no está solo, su tocayo William Buffett, el 2do hombre más rico del planeta, donará el 83% de su fortuna a la fundación.
Pocas personas tienen la oportunidad de cambiar al mundo y sólo Bill Gates tiene la oportunidad de cambiarlo dos veces. El día de hoy mi amigo Bill emprende un nuevo viaje y de corazón le deseo mucha suerte.